viernes, 9 de noviembre de 2018


  

Debate

Bolsonaro adulado por Abdo Benítez y Daniel Ortega

Charles-André Udry
A l´encontre, 2-11-2018

La victoria electoral, el 28 de octubre, de Jair Messias Bolsonaro, desencadenó los tradicionales mensajes de felicitación de los gobernantes de América del Sur. Tanto más que el giro a la derecha, en el terreno electoral, es evidente en más de un país de América del Sur. Sebastián Piñera -profesor de economía en diversas universidades durante la dictadura de Pinochet y sobre todo comprador, gracias a una sociedad establecida en Panamá, de una propiedad de 118.000 hectáreas de las que debió ceder 8 a 16 familias indígenas, tras un largo proceso judicial- no se mordió la lengua. (El 28 de octubre)felicitó “al pueblo brasileño por una elección limpia y democrática. Felicito a @jairbolsonaro por su gran triunfo electoral. Le invito a visitar Chile y estoy seguro que trabajaremos con voluntad, fuerza y visión de futuro a favor del bienestar de nuestros pueblos y a favor de la integración”.

De la misma manera, Mario Abdo Benítez, presidente de Paraguay desde agosto de 2018, también dio rienda suelta a sus palabras. Es cierto que en 1989 se integró en las fuerzas armadas de Paraguay y fue paracaidista. Sus relaciones familiares con el dictador Alfredo Stroessner constituyen ningún secreto, ya que su padre fue durante años el secretario privado del dictador. La fortuna paternal, que heredó, se hizo bajo la protección del régimen dictatorial, lo que le valió un proceso por “enriquecimiento ilegal” que no duró mucho tiempo y se perdió en las arenas del stroessnerismo ambiental. Afirmó que Stroessner (en el poder -de forma absoluta- de 1954 a 1989) “hizo muchas cosas buenas por el país” y que él no condenaba la violación de los derechos humanos, la tortura y las persecuciones durante la dictadura. En pocas palabras: un hermano de armas de Bolsonaro.

Uribe, Trump y Netanyahu

En la línea de los presidentes que se sitúan a la derecha de la derecha, Iván Duque, elegido presidente de Colombia en junio de 2018, no dejó de enviar “felicitaciones a @jairbolsonaro, nuevo presidente de Brasil, elegido democráticamente. Nuestro deseo es que esta nueva etapa del país vecino traiga el bienestar y la unidad. Esperamos continuar nuestra relación fraternal para reforzar los lazos políticos, comerciales y culturales”. Iván Duque trabajó como jurista en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y en la ONU. Era un próximo del presidente Álvaro Uribe, conocido por su política represiva y no solo por su negativa a una paz concertada con las FARC. Duque es también un ferviente partidario de las políticas neoliberales. Su campaña electoral recibió el apoyo explícito de los grandes propietarios de tierras y del mundo de los negocios que nunca cesaron de asesinar a los militantes sindicalistas y son favorables a un mínimo acceso a la tierra, sin mencionar el carácter abiertamente racista de la represión contra los descendientes de esclavos africanos o contra las poblaciones indígenas.

Nadie dudaba que Donald Trump iba a tuitear sus felicitaciones a Jair Bolsonaro, que presumió inmediatamente, algunas horas después del anuncio de los resultados, de haber sido “felicitado en esta elección histórica por el presidente americano”. La portavoz totalmente lanzada de Donald Trump, Sarah Sanders, declaraba: Los dos hombres han expresado su fuerte compromiso en trabajar juntos para mejorar la vida de los habitantes de Estados Unidos y de Brasil, en tanto que líderes regionales de las Américas. Agradecido, Jair Bolsonaro indicó que su primer viaje en tanto que presidente tendría por destino a Washington. Teniendo en cuenta el apoyo de los evangelistas pentecostales, confesó que su segundo destino sería Israel y que, tras Paraguay, ordenará el traslado de la embajada de Brasil a Jerusalén. El periódico Haaretz indicaba el 31 de octubre que “muy probablemente” Benjamín Netanyahu estaría presente en Brasilia en la ceremonia de investidura de Jair Bolsonaro. Sin embargo, esta declaración de entendimiento entre Netanyahu y Bolsonaro ha suscitado algunas interrogaciones. La primera es el apoyo de la extrema derecha brasileña, ciertamente limitada, que no esconde su admiración por Hitler. En las manifestaciones contra Bolsonaro, se mostró la caricatura de un Bolsonaro con bigote hitleriano. La segunda está relacionada con la concepción de corrientes evangelistas pentecostales sobre el destino de Israel. El bautizo de Bolsonaro en las aguas del Jordán puede ser interpretado de diferentes maneras. Entre los evangelistas, la relación con Israel y su pueblo es compleja. Los sionistas cristianos entienden su relación con Israel bajo un ángulo teológico. Para ellos se trata de “someter a los judíos a fin que confiesen que Jesús es el Señor”. Y ello puede hacerse “por el amor o por el fuego”. Los acertijos de esta relación entre Benjamin Netanyahu, Donald Trump, Jared Kushner (yerno de Trump a cargo de un pretendido plan de paz entre Israel y los palestinos) y Jair Bolsonaro suscitan ya numerosas polémicas en la prensa americana e israelita y no van a disminuir tras el rechazo de la comunidad judía de Pittsburg a la visita de Trump tras la masacre antisemita en la sinagoga que lleva el nombre de “Tree of Life” (árbol de la vida, ndt).

Ortega-Murillo, "sus mejores deseos"

Los "árboles de la vida", monstruos metálicos de los que salpicó Managua la esposa de Daniel Ortega, Rosario Murillo, permiten establecer un vínculo estilístico con la notable declaración de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que aclamaron "el triunfo electoral" de Jair Bolsonaro.Este ese el texto enviado a Bolsonaro por el binomio dictatorial nicaragüense:

"Managua, 29 de octubre de 2018.

Sr. Jair Bolsonaro
Presidente Electo de Brasil

Sus Manos

Señor Presidente Electo :

Saludamos de manera muy especial la ejemplar Jornada Electoral que el día de ayer desarrollara el Pueblo Brasileño, afianzando la Vocación de Paz que ha caracterizado a ese Fraternal País.

Saludamos también su Elección como Presidente de Brasil, confiando en Dios y pidiéndole de todo Corazón lo mejor para ese Querido Pueblo.

La Región y el Mundo atravesamos Tiempos de grandes desafíos. Como Herman@s en la Patria Grande nos reconocemos capaces de asumir esos Retos, y de trabajar para promover Encuentro y Convivencia, que afiancen los Sueños de Seguridad y Bienestar de nuestros Pueblos.

Desde Nicaragua, Bendita y Siempre Libre, nuestros mejores deseos para ese Brasil inmenso, cercano, y admirable.

Daniel Ortega Saavedra Rosario Murillo

Como ilustra la reproducción de la carta original, el encabezado de este mensaje merece atención. Se formula de esta manera, a la izquierda: "Gobierno de reconciliación y unidad nacional. ¡El pueblo presidente!". A derecha:" Uni@s en la victoria. ¡Por la gracia de Dios!

En el fondo, de amarillo, se reproduce la forma del "árbol de la vida" tal como lo imagina Rosario Murillo.

Al final de la primera página, se encuentra el eslogan "¡Fe, familia y comunidad! Cristiana, socialista, solidaria! Comandante Daniel".

Inaptitud e inepcias

La similitud con la mayoría de las consignas evangélico-bolsonaristas tiene más sentido que el fruto maduro del "árbol de la vida". Sin embargo, parece que en Europa los nostálgicos del sandinismo perpetúan la defensa del régimen dictatorial de Ortega-Murillo. El régimen de la fe ha reemplazado a los pocos vestigios de una razón política que hace mucho tiempo que fue enterrada profundamente. Es cierto que el "antiimperialismo" lleva a los militantes paseístas (conservadores del pasado, ndt) a considerar que los aproximadamente 750.000 personas venezolanas en el camino al exilio o que están condenadas a esperar la hipotética compra de productos básicos -en el país de la renta petrolera- son un invento de la propaganda estadounidense y un despliegue de noticias falsas, casi competitivas con las emitidas por Bolsonaro durante su campaña electoral. A estos adeptos del psitacismo (repetición mecánica y sin sentido de las palabras, ndt) antiimperialista, que ha alcanzado un grado de madurez particular, no puede sino escapárseles "el análisis concreto de una situación concreta" y, más en general, la complejidad de la dialéctica revolución-contrarrevolución. Ni siquiera arriesgan a cuestionarse a sí mismos y a evitar decidir frente a lo que escape a un esquema tranquilizador. Desde este punto de vista, en la evolución del pensamiento político, se detienen un peldaño por debajo del burro de Buridan que murió de hambre porque no era capaz de decidir entre beber y comer. Se ahogan por la absorción de tonterías e infamias. Como ocurrió a algunos en la década de 1950, y que puede ser ilustrado por la libro ejemplar del filósofo Georges Cogniot –maestro de pensamiento del secretario general del PCF Maurice Thorez-, Una guía sincera de la Unión Soviética (Ed. Sociales, 1954). Más cerca de nosotros, aunque distantes, en los años sesenta y setenta, algunos antiimperialistas masticaron con determinación las páginas del Pequeño Libro Rojo de Mao. Incluso su tapa plastificada.

Autoproducción de sujetos colectivos

En el mundo caótico actual, no puede utilizarse ni las analogías históricas simplificadas ni las pretensiones sofisticadas, ni los esquemas impresos de un pensamiento teleológico (por ejemplo, un pretendido Estado obrero burocráticamente degenerado, que llevaría, una vez fracasase la revolución política, a un post-capitalismo cuyo carácter es imprecisable) para intentar, mediante aproximaciones y correcciones sucesivas, comprender la imbricación entre los conflictos de clase a escala internacional, su traducción en el interior de las formaciones nacionales, la interacción entre los dos y su expresión en términos de estructuras estatales y conflictos interestatales.

La incertidumbre puede ser un vector de creatividad política, que de ninguna manera elimina la necesidad de tomar partido. Una toma de partido desde un ángulo y una práctica que se pueden resumir de la siguiente forma: una opción preferencial por las explotadas y oprimidos que, ganadores o perdedores, afirman su deseo de emancipación contra las clases dominantes presentes y diferenciadas y sus múltiples instrumentos de dominación sobre los seres humanos y su entorno vital.

Es en el abanico de estas confrontaciones donde pueden auto-producirse los sujetos colectivos reales de emancipación y de transformación de las relaciones entre los individuos, que pueden conducir a la eclosión del desarrollo interindividual de todas y todos, en su singularidad. Esta perspectiva requiere una participación colectiva radicalmente nueva dentro del proceso de producción. Una de sus condiciones previas reside en una reducción drástica del tiempo de trabajo que modifique la relación entre el tiempo libre y el tiempo trabajado y los transforme conjuntamente. Esta gestión renovada en la raíz de la producción social crea la posible transformación de las relaciones con el ecosistema -entendido como un conjunto formado por una comunidad de seres vivos en interrelación con su entorno natural- introduciendo, entre otros, la lenta hegemonía del valor de uso sobre el valor de cambio.

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