martes, 27 de noviembre de 2018

Jornada sobre movimientos estudiantiles en FES Acatlán: Ideas de Izquierda en la UNAM


UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

Jornada sobre movimientos estudiantiles en FES Acatlán: Ideas de Izquierda en la UNAM

Con la participación de académicos, intelectuales y protagonistas de movimientos estudiantiles, se realizó con éxito jornada en la explanada central de la FES Acatlán.
Lunes 26 de noviembre | 13:44


En el marco de una constante negativa al préstamo de espacios para la realización de actividades académicas, se llevó a cabo esta importante jornada con ponencias, debates, testimonios y la obra teatral Mujeres de arena.
La jornada se realizó en dos mesas de discusión, la primera de ellas contó con la participación del abogado Juan de Dios Hernández, egresado de la primera generación de derecho de la entonces ENEP Acatĺán, actualmente académico de la UNAM y ex candidato a director del CCH Azcapotzalco; Humberto Campos miembro del comité del 68 y ex director de la ESIME Culuacán y Sandra Romero participante de la huelga del 99 de la UNAM en la FES Acatlán, en donde estudió periodismo.
De parte del Comité 68 en voz viva de un integrante de un movimiento que a medio siglo sigue convocando a decenas de miles de jóvenes a las calles, se escucharon los diversos obstáculos que como estudiante del Instituto Nacional Politécnico atravesó él y su generación para poder poner en pie un movimiento estudiantil de alcance nacional. Al día de hoy los recordamos al grito de “Ni perdón, ni olvido, castigo a los asesinos”.
Por su parte, Juan de Dios Hernández realizó una interesante discusión histórica de los estudiantes en movimiento que marcarían la vida política de lo que hoy es la UNAM. Sustrayendo pasajes del siglo XIX, las síntesis del siglo XX, Juan de Dios planteó la necesidad de poner en pie una organización estudiantil permanente que pueda llevar al triunfo las próximas movilizaciones de la juventud.
Por último, Sandra Romero, participante del emblemático Concejo General de Huelga (CGH), refrescaría la memoria de las nuevas generaciones que hoy transitamos por la universidad con su testimonio y su análisis político sobre los estudiantes que decidieron “cerrar la UNAM para que mañana se abra para todos”.
La segunda mesa contó con la participación de Pablo Oprinari, sociólogo de la UNAM, miembro del comité de redacción de la Revista Ideas de Izquierda México. Junto a la participación del escritor y profesor Ismael Contreras, esta mesa realizó un recorrido internacional por los álgidos años de la década de 1960, para posteriormente aterrizar en el ‘68 mexicano. Además abrió una interesante reflexión sobre las perspectivas que se abren para un nuevo tablero político en México con la llegada de Morena al gobierno.
Como parte de esta segunda mesa se llevó a cabo la presentación de la revista de análisis político y de cultura Ideas de izquierda México con un primer número dedicado al movimiento estudiantil del 68 y desde una óptica del marxismo militante, una lectura que sin duda se vuelve sugerente para los estudiantes que hoy somos las voces críticas al interior de las universidades.
La Jornada     Estados
Martes 27 de noviembre de 2018
Libre, académico acusado de matar a una compañera
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 27 de noviembre de 2018, p. 32
Texcoco, Méx., El profesor Óscar Hernández Neri, encarcelado durante más de cuatro años en el penal de Molino de Flores tras haber sido responsabilizado por la muerte de una compañera de posgrado, obtuvo su libertad este lunes. Mi encarcelamiento lo atribuyo a cuestiones políticas y a una fabricación del delito de homicidio calificado que hizo el gobierno del estado de México por medio de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado de México con diversas argucias y mañas. Crearon un delito para inculparme y proceder en mi contra por la lucha que mantenía contra la reforma educativa, dijo Hernández Neri al salir de la cárcel. En entrevista, el profesor exigió que el sistema judicial mexicano deje de actuar como instrumento para encarcelar a dirigentes por cuestiones políticas. Atribuyo mi libertad a la lucha que todos mis compañeros mantuvieron durante cuatro años y siete meses que estuve preso, indicó. Óscar Hernández fue acusado del homicidio de Violeta N, su compañera en el doctorado que ambos cursaban en el Colegio de Posgraduados de Texcoco, en 2007. Hernández Neri fue detenido el 30 de abril de 2014. El caso fue consignado apenas en septiembre de 2011 y se giró una orden de aprehensión contra el profesor en mayo de 2012, después de que el Ministerio Público forzó a dos testigos del asesinato a modificar sus declaraciones mediante tortura.

lunes, 26 de noviembre de 2018

DOS CONCEPCIONES SOBRE LA GUARDIA NACIONAL Guillermo Almeyra


La Jornada
Opinión
Domingo 25 de noviembre de 2018
DOS CONCEPCIONES SOBRE LA GUARDIA NACIONAL
Guillermo Almeyra

Entre varias otras peligrosísimas cesiones al gran capital financiero (Zonas Especiales, proyecto transístmico y tren maya) Andrés Manuel López Obrador plantea crear una Guardia Nacional dirigida por las Fuerzas Armadas según el modelo de la Gendarmerie francesa, los Carabinieri italianos, los Carabineros chilenos, la Guardia Civil española o la Gendarmería argentina, que controlan las fronteras y las regiones rurales para evitar el bandidismo y sirven también como una especie de Policía Militar.
Como excepción y en una situación también única, la Guardia Civil española se dividió durante la República y parte de sus jefes e integrantes combatieron contra la rebelión fascista cuya dictadura devolvió a la Guardia Civil su papel de superpolicía represiva.
Todas esas Armas llamadas Beneméritas fueron y son utilizadas por los gobiernos derechistas o “progresistas”, por los Pinochet y los Piñera, los Lago y los Bachelet, por los Kirchner o por los Macri sobre todo contra conflictos sociales y movilizaciones obreras, campesinas o estudiantiles o movimientos independentistas, como el catalán y el vasco en el Estado español, o el corso en Francia y en las colonias y para controlar o evitar la inmigración de trabajadores extranjeros. El intento de algunos de disfrazar esas superpolicías de “progresistas” es por consiguiente ridículo porque esas policías están subordinadas a los altos mandos castrenses que, desde siempre, protegen los intereses del gran capital y, con respecto a otros cuerpos represores, rige lo de “perro no come perro”.
Es cierto que las policías actuales deben ser depuradas, educadas, culturalmente preparadas para defender a los ciudadanos (no para extorsionar, robar, matonear, golpear a los débiles, recibir sobornos) pero eso podría lograrse mediante su revisión y selección, dándoles instrucción cívica y, sobre todo, sometiéndolas al control de los barrios organizados.
En cambio, AMLO -que había calificado de anticonstitucional la utilización de las fuerzas armadas en funciones policiales- pretende ahora perpetuar la militarización del territorio nacional creando incluso una nueva fuerza militarizada poderosamente armada (sus modelos extranjeros tienen tanques, blindados, helicópteros y lanchas artilladas) que entrará con otro nombre por la puerta cuando en realidad será parte de quienes simulan irse y para colmo llama Guardia Nacional a esa Gendarmería o Policía Militar.
Las Guardias Nacionales nacieron de las milicias populares durante la gran Revolución Francesa, se perpetuaron durante la rebelión de los obreros de la seda en Lyon y la revolución de 1848 y defendieron París en 1871 durante la Comuna hasta ser disueltas después precisamente por su carácter democrático y popular.
Porque esas Guardias consistían en el armamento de los ciudadanos de cada barrio y su organización en batallones, con un jefe elegido y revocable por asamblea y contaban con cañones. Coexistieron así guardias nacionales conservadoras en los barrios burgueses y guardias nacionales revolucionarias en los barrios obreros o populares. Ellas prevenían los delitos, aseguraban el orden público y eran el brazo armado de la Comuna, el poder popular que desempeñaba funciones municipales, pero adoptaba también decisiones políticas.
La situación es excepcional: hay que cortarle los tentáculos al pulpo gigante del crimen organizado que forma parte del gran capital, funciona gracias a la complicidad de los bancos y mueve cientos de miles de millones y hay que barrer la mierda acumulada durante décadas de gobierno del PRI y del PAN, que deseducaron a los funcionarios y fomentaron la ignorancia de las leyes y de la Constitución. (Dicho sea de paso, es absurda la pretensión de AMLO de someter a consulta popular si se aplican o no las leyes y se enjuicia o no a quienes las violaron).
Hay que dar instrucción militar en colonias, pueblos y comunidades y armas modernas y eficaces a las organizaciones -como las policías comunitarias- creadas por los ciudadanos para su autodefensa. El control popular asambleario evitará los excesos y los abusos y reeducará a los Guardias-trabajadores. Hay que instituir los juicios por jurado popular, con letrados como acusadores o defensores, para evitar la corrupción del aparato judicial y educar en la responsabilidad cívica.
El fusil y las municiones en las casas, como en Chipre o en Suiza, ayudarán a terminar con la prepotencia de las bandas de narcos o de los matones de las empresas. La formación de miles de nuevos Villa y Zapata asegurará la defensa ciudadana de la independencia nacional ante todo intento del gobierno estadounidense.
Hay que invertir la pirámide y dar capacidad de decisión y resolución a una mayoría que, sea cual fuere su nivel de   instrucción formal, sabe qué le conviene, qué es dañino, qué hay que cambiar y que tiene hambre de ciudadanía después de haber sido maltratada y ninguneada desde Lázaro Cárdenas.

almeyraguillermo@gmail.com


viernes, 23 de noviembre de 2018

El Mito de la meritocracia y a quién beneficia que sigamos creyendo en él


El mito de la meritocracia y a quién beneficia que sigamos creyendo en él

Hoy en día todos hablamos de la meritocracia, siempre de forma positiva. ¿Cómo no íbamos a hacerlo? ¿Quién iba a estar en contra de un “sistema de gobierno en que los puestos de responsabilidad se adjudican en función de los méritos personales”, según la definición de la RAE? Estar en contra de la meritocracia es como estar en contra de la salud, de la paz mundial o de la infancia. Es imposible por definición.

Lo que menos recuerdan es que “meritocracia” fue utilizado por primera vez como un término negativo o, al menos, satírico. Fue el sociólogoMichael Young quien lo acuñó en 1958 en 'The Rise of the Meritocracy', en el cual presentaba un futuro distópico en el que el Estado valoraba la aptitud y la inteligencia por encima de todo, seleccionando a los miembros de la élite y olvidando al resto. “El mérito es igual a la inteligencia más el esfuerzo, sus propietarios se identifican a una temprana edad y son seleccionados para una apropiada educación intensiva, y hay una obsesión con la cuantificación, la realización de tests y las notas”, escribía en el libro

¿Les suena? No queda ahí la cosa: en la sociedad del libro de Young, “los talentosos tienen la oportunidad de alcanzar el nivel que se muestra de acuerdo con sus capacidades, y las clases bajas por lo tanto están pensadas para aquellos que tienen peores habilidades”. Es Jonathan Derbyshire, editor de 'The Financial Times', quien ha recuperado la cita en la reseña de tres nuevos libros que nos ayudan a entender no solo por qué la meritocracia no es más que un mito, sino también a quién beneficia que sigamos creyendo en ella.

La realidad es dolorosa
En abril de 2009, el profesor de Economía de la Universidad de Cornell Robert Frank publicó una columna de opinión en 'The New York Times', en la que arrancaba recordando que el papel que la suerte tiene en el éxito es mucho mayor que lo que la gente –especialmente, aquella que suele presumir de haber llegado muy lejos– piensa. “Al contrario de lo que muchos padres dicen a sus hijos, el talento y el trabajo duro no son ni necesarios ni suficientes para el éxito económico”, escribía. “Ayuda ser talentoso y trabajar duro, por supuesto, pero hay gente que disfruta de un éxito espectacular a pesar de no tener ni una cosa ni la otra”.

La mayor parte de gente talentosa, en realidad, se esfuerza muchísimo para conseguir un éxito moderado. “Hay miles de ellos por cada persona habilidosa y perseverante que se hace rica, disparidades que emergen de eventos al azar”, señalaba. Parece ser que tocó unos cuantos puntos sensibles, puesto que fue recibido en Fox Business de manera hostil, por decirlo suavemente, como recuerda un artículo publicado en 'The New York Magazine'. “¿Sabes cómo de insultante fue leer eso?”, le espetó el presentador Stuart Varney,

“Vine a América con nada hace 35 años. He conseguido ser alguien, creo que a través del trabajo duro, el talento, la toma de riesgos, y tú has escrito en 'The New York Times' que es suerte”, le acusó. Sin embargo, como el propio Frank recordó en una presentación de su último libro, 'Success and Luck: Good Fortune and the Myth of Meritocracy' (Princeton University Press), el presentador se había graduado en la London School of Economics, así que no era precisamente un don nadie. Sin embargo, la anécdota refuerza la tesis de su libro: a la gente que ha tenido éxito le gusta pensar que este se ha debido única y exclusivamente a su esfuerzo y talento, cuando en realidad, no habría sido posible sin una pequeña ración de suerte.

Ello no quiere decir, obviamente, que el talento sea inútil. Pero hay multitud de factores que llevan a que uno triunfe o no, como puede ser que otros actores rechacen el papel por el que serás lanzado al estrellato –como le ocurrió a Al Pacino o a Bryan Cranston, dos de los ejemplos utilizados en el libro– o simplemente que tu fecha de nacimiento sea una u otra, lo que provoca que los jugadores de hockey nacidos en enero lleguen más lejos que los nacidos en otros meses del año, como puso de manifiesto Malcolm Gladwell. Frank señala que “la gente exitosa tiende a infravalorar el rol de la suerte en su éxito”, en la línea que lo que el autor de 'La gran apuesta', Michael Lewis, espetó a los alumnos de Princeton: y que, más importante, ello tiene serias implicaciones políticas que suelen ser pasadas por alto.

 ¿Liberal o conservador meritocrático?
Lo escribe Frank en su nuevo libro: el papel que el esfuerzo y el mérito juegan en el éxito personal es una de las grandes diferencias entre conservadores y liberales modernos. “Como los conservadores observan correctamente, la gente que amasa grandes fortunas es casi siempre extremadamente talentosa y trabajadora”, explica el economista. “Pero como los liberales también señalan correctamente, incontables personas con las mismas cualidades no llegan a ganar mucho”. Y, como añade la reseña de 'The Financial Times', no hay duda de que Frank se siente más cercano de estos últimos.

¿Por qué? Principalmente, por las importantes repercusiones políticas que tienen estas dos visiones del mundo. Todos disfrutamos de diferentes grados de suerte: tanto desde el lugar en el que hemos nacido (el mero hecho de haberlo hecho en un país occidental nos da una ventaja significativa respecto al resto de ciudadanos del planeta) a nuestra propia genética o nuestros orígenes socailes. Aunque se encuentre en nuestra mano aprovechar nuestras cualidades, es nennegable que hay factores tanto biológicos que influyen en nuestra inteligencia, belleza, simpatía o encanto como sociológicos en cuanto al nivel socieconómico o la preocupación que nuestros padres han mostrado por nosotros.
Para Frank, la ideología de la meritocracia ha causado un gran dañopuesto que afecta a la manera en que las sociedades occidentales en general y la estadounidense en particular se organizan a la hora de enfrentarse a la desigualdad y a adoptar políticas que garanticen la igualdad de oportunidades entre los más favorecidos y los menos. También es una de las bases de la corrupción, ya que minimiza la conciencia de los más ricos de que los impuestos y las reformas políticas son necesarias para “apoyar la inversión necesaria para mantener un buen entorno”.
Algunos compartían la sensación de que su acumulación de riqueza había sido chiripa, incluso un accidente

Una tesis que comparte otro de los libros reseñados en el rotativo financiero, 'Social Class in the 21st Century', editado por un grupo de investigadores de la London School of Economics capitaneados por Mike Savage. Esta vez desde una perspectiva británica, el autor señala que las clases sociales se han distanciado gracias al discurso de la meritocracia. Algunos recordarán a Savage por haber sido el creador de las siete clases sociales que dieron mucho que hablar hace unos años: la élite, la clase media establecida, la clase media técnica, los nuevos trabajadores prósperos, la clase trabajadora tradicional, los trabajadores del sector servicios emergentes y el precariado. Pero sobre todo, pone de manifiesto que en su investigación le permitió descubrir que los que pertenecían a las clases sociales más altas solían considerar que sus bienes eran el producto de su talento, aunque algunos compartían “la sensación de que su acumulación de riqueza había sido chiripa, incluso un accidente”.  




lunes, 19 de noviembre de 2018

AMLO y sus tres presiones

La Jornada
Opinión

AMLO y sus tres presiones
Guillermo Almeyra

El panorama sociopolíticomexicano es, esquemáticamente, el siguiente: Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se hará cargo en breve de la Presidencia gracias a un poderoso movimiento popular que carece de organización, cuadros y programa, pero está guiado por la voluntad de imponer un cambio político-social acabando con el poder de la oligarquía.
Esa ola social le concedió una gran capacidad de presión y, además, el control de ambas cámaras en el Congreso. La derecha tradicional depende ahora fundamentalmente de sus lazos con el gran capital financiero internacional, de su inmenso poder financiero y económico y del control de los medios de comunicación que, aunque no fueron capaces de convencer a los electores, aún pueden envenenar a la opinión pública, sobre todo como arma político-cultural de AMLO, del cual son asesores.
Además, hay un sector de la gran burguesía e incluso de las finanzas que se da cuenta del carácter insostenible para el régimen capitalista de la corrupción, la represión, la alianza con la delincuencia, la sumisión a Donald Trump. Esta capa teme un estallido popular y está dispuesta a ceder terreno político para seguir haciendo buenos negocios y monopolizar el mercado interno mexicano y por eso aceptó el gobierno de AMLO.
Por último, una gran magma en continua evolución, compuesta por diferentes estratos económicos, étnicos, regionales y culturales, oscila entre, por un lado, las clases y sectores populares que apoyaron a López Obrador y, por otro, la oligarquía aliada de las trasnacionales y el capital financiero.
Esa vasta burguesía pequeña, compuesta por Pymes, pequeños comerciantes, talleristas y otros propietarios, se suma a las clases medias –urbanas y rurales– compuestas por una polvareda social que teme proletarizarse y que ha adoptado los valores de la oligarquía y del capital financiero internacional. En ese gran milhojas social, dividido en capas y estamentos, figuran también los jefes y oficiales castrenses y los abogados y financieros de esa tercera parte del capital económico que vive del narcotráfico, la trata de personas y la venta de armas.
Las fuerzas armadas reclutan sus soldados y suboficiales en los sectores populares. Los oficiales, naturalmente, tienden a inclinarse por el orden de la oligarquía y muchos de ellos piensan como ella, pero existen pequeñas minorías honradas y con mayor nivel cultural a las que les repugna el papel de policía, guardia pretoriana o incluso policía fronteriza del presidente Trump. En cuanto a los narcos, no pueden vivir sin el apoyo gubernamental.
Los sectores populares votaron por transformar socialmente a México. Espontáneamente tienden a la autonomía, a la autogestión, a la descentralización para responder a las necesidades territoriales y regionales. Votaron esperanzas no capitalistas o anticapitalistas. Las clases medias, en cambio, no discuten el marco burgués ni el verticalismo estatal y piden medidas democratizadoras y modernizadoras. La oligarquía no quiere ceder nada y el sector de la burguesía que espera seguir lucrando con el pejepresidente, busca sólo modificaciones cosméticas y es centralista y verticalista, como la oligarquía.
Se oponen así en los hechos tres programas tácitos y dos concepciones del Estado: la descentralizadora, federalista in noce, comunalista, comunitaria, democrática y la unitaria y verticalista, que piensa, como el boliviano Álvaro García Linera, que el Estado debe ser centralista para dirigir desde arriba el desarrollo (capitalista). Las clases medias, que no son anticapitalistas, siguen hoy a los sectores populares contra la oligarquía pero comparten los valores burgueses que pesan también sobre los trabajadores pero chocan con su vida cotidiana.
AMLO concedió a lo que llama su base el importante puente con el CNTE para eliminar la Ley de Educación y también cedió en Texcoco. Pero le dio mucho más al sector de la gran burguesía que lo apoya con la Ley Agraria reaccionaria de Ricardo Monreal, al nombrar como asesores a empresarios priístas y al concederle la construcción de un sistema integrado de aeropuertos metropolitanos y, sobre todo, los proyectos del Tren Maya y de transformación del Istmo de Tehuantepec.
Este último es un refrito de un proyecto antindígena, anticampesino y antiecológico de Echeverría y Fox que busca transformar el territorio según los intereses del capital financiero mundial, construyendo un eje multimodal de transporte para el flete entre Europa y China, desarrollar la especulación inmobiliaria, cultivar masivamente palmas aceiteras e instalar en cualquier lado molinos para la energía eólica.
El segundo es particularmente peligroso porque con su trazado actual acabaría con la reserva ecológica principal de Chiapas y del país, destruiría las comunidades y la vida campesina e indígena, desarrollaría planes inmobiliarios y turísticos altamente dañinos para el territorio, daría un golpe de muerte a la cultura y la lengua mayas y ofrecería al narcotráfico grandes oportunidades para realizar el llamado lavado de dinero. La decisión adoptada sin consulta alguna de crear Zonas Económicas Especiales en manos del gran capital extranjero y nacional, como la que existe en el Orinoco, gracias a Maduro, despojaría a las poblaciones indígenas de su derecho a decidir sobre su territorio y destruiría el ambiente y los bienes comunes. Miles de asambleas deben condenar esos proyectos cuando aún están en el papel.

sábado, 17 de noviembre de 2018

Redadas en China contra estudiantes marxistas y activistas laborales

Redadas en China contra estudiantes marxistas y activistas laborales

Un número pequeño pero creciente de universitarios se moviliza en defensa de los derechos de los trabajadores en nombre de los ideales comunistas

 Miembros del Partido Comunista de China celebran el aniversario del nacimiento de Karl Marx, el pasado mayo.
Miembros del Partido Comunista de China celebran el aniversario del nacimiento de Karl Marx, el pasado mayo.  EFE
China ha detenido al menos a una docena de jóvenes activistas, varios de ellos universitarios de élite, que han participado en actos públicos para defender los derechos de los trabajadores. Los arrestos parecen formar parte de una campaña contra el activismo de estudiantes que se definen a sí mismos como marxistas y defienden la adhesión a los principios comunistas: un grupo aún pequeño, pero que ha ido creciendo a lo largo de los últimos años.
Al menos nueve activistas —cinco estudiantes de la Universidad de Pekín, y otros en Shanghái, Shenzhen y Cantón— fueron detenidos el viernes, según ha denunciado el Grupo de Solidaridad con los Trabajadores de Jasic. Otros tres jóvenes fueron arrestados el domingo en Wuhan, en el centro de China.
Jasic es una fabricante de maquinaria para soldar en Shenzhen (sureste de China) cuyos trabajadores intentan organizarse para reclamar mejores condiciones laborales, con el apoyo de los estudiantes. Ya este verano, cerca de cuarenta estudiantes, matriculados en la Universidad de Pekín y en otros de los centros más renombrados del país, fueron detenidos tras participar en actos de apoyo de los trabajadores de esa empresa. 30 obreros fueron arrestados en julio, tras semanas de protestas contra lo que describían como un “trato de esclavos”.
Más recientemente, los estudiantes han tratado de protestar contra las condiciones laborales en fábricas que suministran componentes a Apple y se han solidarizado con mineros que reclaman compensaciones por enfermedades laborales.
Según el Grupo de Solidaridad, uno de los estudiantes detenidos el viernes, Zhang Shengye, fue “secuestrado” cuando un grupo de hombres vestidos de negro irrumpió en terreno de la Universidad, empezó a golpear al joven y lo metió a rastras en un automóvil. Otros testigos afirman que también fueron agredidos. “Este es otro de los delitos que las universidades han cometido contra los estudiantes progresistas y la comunidad de izquierdas”, denuncia el grupo.
Zhang se había significado en los últimos meses por sus protestas para conseguir la libertad de Yue Xin, una estudiante líder del movimiento #MeToo en los campus chinos y que figura entre los detenidos este verano por apoyar a los trabajadores de Jasic; desde su arresto en agosto no se ha vuelto a tener noticias de ella. Los demás estudiantes de la redada del viernes fueron detenidos en sus domicilios, según el grupo.
El activismo de estos estudiantes izquierdistas en favor de los derechos de los trabajadores representa un problema para el Gobierno chino. Por un lado, sobre el papel el régimen sigue siendo comunista, y el presidente Xi Jinping ha defendido que Karl Marx fue “absolutamente correcto” en sus ideas. Los estudiantes universitarios chinos reciben clases obligatorias de marxismo como parte obligatoria del currículum.
Pero por otro, Pekín no está en absoluto dispuesta a permitir ninguna forma de activismo que se escape a su control.
“La redada de las autoridades contra los estudiantes muestran que pueden hacer lo que quieran para incluso silenciar a críticos que se declaran orgullosamente marxistas y que apoyan la lucha de los trabajadores”, afirma Patrick Poon, de Amnistía Internacional en Hong Kong. “Si el Gobierno chino no puede aceptar y tolerar las demandas de estos estudiantes, significa que no hay ningún tipo de crítica que estén dispuestos a aceptar”.
Ya el mes pasado, estudiantes de la Universidad de Nankín fueron detenidos cuando protestaban porque la institución no les dejara crear una asociación marxista. En la Universidad Popular de Pekín los estudiantes también han denunciado presiones tras su participación en las protestas de este verano. Como consecuencia, la universidad estadounidense de Cornell ha suspendido uno de sus programas de colaboración con ese centro de estudios.
“Parece que las autoridades están cada vez más desesperadas por poner fin de una vez a estas protestas”, apunta por correo electrónico Geoffrey Crothall, de la ONG China Labour Bulletin en Hong Kong. “Pero estas últimas detenciones y desapariciones solo pondrán las cosas peor a largo plazo porque las autoridades, hasta el momento, han dejado de poner remedio a los problemas que suscitaron las protestas: sueldos bajos, malas condiciones para los trabajadores en fábricas y el derecho de estar representado por un sindicato”.