Profesor: Ismael Contreras Plata. Nombre del Estudiante _________________________________ No. List. ____
La
revolución socialista en Rusia 1917
Gracias a la lucha abierta y
directa por el poder,
las masas obreras acumulan en un
tiempo muy
breve una gran experiencia
política y ascienden
rápidamente un escalón tras otro.
León Trotsky
La Revolución rusa
de 1917 (en realidad las dos Revoluciones Rusas, la de febrero y la de octubre)
surgió directamente de la guerra, aunque tiene causas específicas muy profundas:
el despotismo zarista, la lucha y organización del pueblo ruso desde el siglo
XIX y el hambre de tierra de los campesinos. Sin embargo, la bancarrota del
viejo régimen zarista y el colapso del gobierno fueron provocados por tres años
de guerra, que exigían al pueblo enormes sacrificios. Recordemos que todos los
recursos existentes eran destinados al frente de batalla. La falta de alimentos
y carbón para la calefacción, así como el elevado precio de éstos cuando los
había, generó una situación desesperada en la población, tanto en las ciudades
como en el campo. Las protestas contra esta situación empezaron a paralizar a
los gobernantes, pues tenían que dedicar su atención no sólo a las estrategias
de guerra, sino que en la retaguardia tenían que enfrentar a un nuevo enemigo,
las movilizaciones revolucionarias de la clase obrera y las masas campesinas.
En 1917, Rusia era el imperio que
presentaba mayores contradicciones socioeconómicas. En lo que respecta a la
estructura económica, como lo analizó León Trotsky, presentaba serias
desigualdades, ya que era un país con un inmenso territorio, donde la nobleza
terrateniente chupaba la sangre a grandes contingentes de campesinos; quienes,
en mucho cultivaban la tierra con una organización y técnicas que databan del
siglo XVII. El atraso agrario coexistía con un sector industrial altamente
tecnificado, que se encontraba a la altura de los imperios europeos y del
imperio norteamericano e incluso en algunos aspectos los superaba. Cabe señalar
que la producción industrial se encontraba fuertemente centralizada en grandes
empresas y en unas cuantas ciudades, ya que el capital para financiar el
crecimiento de este sector no era originario de Rusia; mas bien, los
capitalistas de los imperios occidentales invirtieron grandes sumas de capital y
transformaron la economía rusa en unas cuantas décadas. Los capitales extranjeros
pronto ejercieron una profunda influencia, por medio del capital financiero, en
toda la vida económica del imperio ruso, incluso en la monarquía y la nobleza
zarista, quienes para financiar sus gastos suntuarios recibían grandes prestamos
de las bolsas europeas. Las desigualdades socioeconómicas existentes en Rusia
se combinaban con una estructura política de carácter absolutista, donde se
sometía a múltiples nacionalidades, la población no tenía los mínimos derechos
democráticos y los campesinos se encontraban atados, como en el feudalismo, a
los terratenientes y por lo tanto carecían del derecho a la propiedad de la
tierra.
LA LEY DEL DESARROLLO DESIGUAL Y COMBINADO
En este sentido, precisamente, las
desigualdades existentes en la Rusia zarista y a partir de la confrontación de
las ideas marxistas en el seno del movimiento obrero, León Trotsky, descubrió
la llamada ley del desarrollo desigual y combinado, misma que será un
elemento teórico de vital importancia para comprender el proceso histórico de
los países atrasados. Esta ley nos dice que en las naciones atrasadas la
penetración del capital imperialista establece relaciones de producción capitalistas
y por ende ejerce el control de la economía sobre el resto de las formas
precapitalistas de producción, lo que genera un proceso de desigualdad
socioeconómica. Sin embargo, esta desigualdad se combina para dar como resultado
una interacción (combinación) necesaria para el proceso de explotación, a lo
que Trotsky llamó la ley de desarrollo combinado. En los países atrasados, esta
interacción entre el desarrollo desigual y combinado, expresa Trotsky, genera
el surgimiento de “saltos” en el proceso histórico. Bajo la presión de
las condiciones externas se ven obligados a saltar las etapas de evolución que
originalmente requirieron un periodo histórico entero para desarrollar sus
potencialidades. Debido a que en unos cuantos años, en estos países atrasados,
se introducen técnicas de producción más modernas o avanzadas, lo que para los
países centrales les llevó décadas desarrollar. De esta manera, en Rusia la
introducción del modo de producción capitalista se efectuó en unas cuantas
décadas, lo que para las naciones europeas tardó centurias.
Rusia era el imperio que a finales de 1916 e
inicios de 1917 enfrentaba una mayor inconformidad por parte de los
trabajadores. En este lapso una ola de huelgas sacudió sus principales
ciudades. En febrero de 1917, una manifestación, con motivo de la celebración
del día internacional de la mujer, se unió al llamado de una huelga general que
habían convocado los trabajadores y trabajadoras de la industria metalúrgica. Después
de cuatro caóticos días de protestas, durante los cuales los soldados se
negaron a atacar a la multitud, el zar abdicó. Inmediatamente se nombró un
gobierno provisional. Para todos los sectores políticos fue el triunfo de la República.
La caída del zar para las masas, sin embargo, fue la proclamación de la
libertad, la igualdad y la democracia directa.
La Revolución de febrero de 1917
permitió el regreso a Petrogrado (nombre adoptado por la antigua San
Petersburgo) de una multitud de revolucionarios proscritos, que el gobierno
zarista había exiliado en Siberia. Una gran parte de ellos eran miembros del
Partido Obrero Socialdemócrata (el cual estaba dividido en dos corrientes la
bolchevique y la menchevique) o al Partido Socialista Revolucionario. A su
llegada los dirigentes exiliados del ala bolchevique encontraron en los
trabajadores y campesinos un caldo de cultivo para difundir las ideas
revolucionarias, anticapitalistas y socialistas por lo que muchas de las líneas
políticas de los bolcheviques pronto fueron adoptadas por el pueblo trabajador.
Al mismo tiempo de nombrado el
gobierno provisional, los trabajadores, siguiendo la experiencia de 1905,
empezaron a formar los soviets de obreros y campesinos, en esta ocasión, con la
participación activa de los soldados. El soviet general de obreros, campesinos
y soldados dio a conocer, desde marzo el programa de política exterior, donde
se planteaba una paz sin anexiones ni indemnizaciones. Por su parte, el
gobierno provisional, manteniendo todos los compromisos del antiguo régimen
zarista con sus aliados imperialistas, no tenía las intenciones de satisfacer
las necesidades de los obreros y campesinos; no pretendía pactar la paz ni establecer
el reparto agrario; demandas éstas muy fuertes por parte de la población. Con
la formación del soviet (una organización surgida de las bases mismas en las
fábricas y barrios) se empezaban a crear las condiciones de un doble poder y
los orígenes de lo que sería el estado obrero. Para el gobierno provisional y
los sectores de la burguesía la caída del zar, significaba el triunfo de la
revolución y el fin de la lucha democrática.
Pese a ello, al principio, todas
las organizaciones políticas apoyaban al gobierno provisional, incluso el
partido bolchevique, hasta que Lenin, volvió a Rusia, en abril de 1917, y
planteó en sus famosas "Tesis de
abril", que a consecuencia de una organización deficiente y a una
insuficiente conciencia de clase del proletariado, se le había otorgado el
poder a la burguesía a través del gobierno provisional. El partido bolchevique,
escribía Lenin, tenía que aprovechar la posibilidad de luchar por la sustitución
de la República parlamentaria por el poder de los soviets. ¡Todo el poder a los
soviets!, fue la consigna leninista. Si bien es cierto que hasta esos momentos,
el Partido de bolchevique tenía muy pocos delegados a los soviets y la mayoría
del partido no estaba de acuerdo con las posiciones de Lenin, éste poco a poco
fue convenciendo a la mayoría del partido de la necesidad de tomar el poder.
En junio de 1917,
cuando se reunió el Primer Congreso Pan Ruso de los Soviets, el partido
bolchevique incrementó el número de sus seguidores. Aunque el congreso estaba
dominado por mencheviques y sociales revolucionarios; los manifestantes que
asistían a la marcha convocada por el congreso coreaban las consignas de los
bolcheviques: ¡Paz, tierra, pan y libertad! Por su parte el gobierno
provisional, conforme pasaban los días iba perdiendo el apoyo de los
trabajadores, campesinos y soldados; grandes manifestaciones de descontento se
efectuaron en julio, exigiéndole al gobierno que pactara la paz. Las protestas
fueron reprimidas sangrientamente por el gobierno provisional. Sin embargo,
esto no amedrentó a los trabajadores, ya que siguieron protestando para hacer
frente a esta situación, la única salida que encontró la burguesía fue detener
el movimiento revolucionario con un golpe de estado, por lo que recurrió a la
contrarrevolución. En efecto, en septiembre de 1917 el general Kornilov intentó
un golpe de estado, mismo que se vio frustrado debido a que los soldados no lo
secundaron, principalmente porque los bolcheviques llamaron a la creación de
una milicia armada que contrarrestara el golpe.
Por estas fechas, los bolcheviques obtuvieron la mayoría en los soviets
de Petrogrado y Moscú. Lenin, quien se encontraba oculto en Finlandia, desde
las jornadas de junio y julio, planteaba que era el momento de preparar la toma
del poder por los soviets.
La organización del levantamiento
fue confiada al Comité Militar Revolucionario, que se había formado a
principios de octubre, en el soviet de Petrogrado, con León Trotsky como su
presidente.
Durante la
madrugada del 25 de octubre, por medio del Comité Revolucionario, Trotsky dirigió
la toma de puntos estratégicos de la ciudad de Petrogrado, durante la cual,
prácticamente no se presentó ninguna resistencia. El gobierno provisional había
sido derribado. El segundo congreso de todos los soviets, se reunió el mismo
día, el 25 de octubre y emitió una serie de proclamas, propuestas por Lenin,
para que los soviets locales de toda Rusia tomaran el poder.
El congreso de soviets aprobó un
decreto de paz sin anexiones ni indemnizaciones; un decreto sobre la tierra,
por medio del cual se expropió a los terratenientes y se puso a disposición de
los comités agrarios para el reparto de ésta; y un decreto sobre la formación
de un gobierno de obreros y campesinos. Se decretó además la jornada de trabajo
de ocho horas y se declaró la nacionalización de la banca.
Nació así un estado obrero, la
primera república de trabajadores de la ciudad y el campo de la historia. Por
primera vez se estableció un sistema social en donde la producción no estaba
destinada a la apropiación privada o a la obtención de la ganancia.
La Revolución socialista rusa fue,
sin lugar a dudas, el movimiento revolucionario más profundo de la historia del
siglo XX; su influencia se hizo sentir profundamente durante toda su trayectoria.
Se puede afirmar que la conquista y la consolidación del poder obrero en 1917
en Rusia será el acontecimiento clave de la historia de los trabajadores en el
siglo XX.
Las potencias imperialistas pronto
se percataron de las repercusiones que traería el régimen soviético e
inmediatamente se apresuraron a contener el avance de la revolución por lo que,
en marzo de 1918, tropas inglesas, seguidas por otras francesas y
estadounidenses ocuparon el puerto de Murmansk en el norte. Posteriormente, el
gobierno japonés, que no se quería quedar atrás, ordenó el desembarco de tropas
en Vladivostok.
Las tropas extranjeras fueron
apoyadas en el interior por algunos grupos de rusos “blancos” que, con el
advenimiento del poder de los trabajadores, habían perdido sus
privilegios. Sin embargo, después de
meses de enfrentamientos la intervención extranjera fue derrotada. Jugó un
papel importante el cansancio de los soldados de lo ejércitos enemigos y la
solidaridad manifiesta hacia nuevo el gobierno revolucionario de Rusia, por
parte de los movimientos obreros de Europa y otras partes del mundo. Muchos de
los miembros de base de las tropas invasoras vieron que sus intereses de clase
se encontraban del lado de los trabajadores y campesinos rusos, representados
en el nuevo gobierno; por lo que se opusieron a continuar la guerra de invasión
contra la primera república de obreros y campesinos. Por ejemplo, en abril de
1919 soldados franceses se insurreccionaron en los barcos de guerra en Odesa lo
que hizo que los altos mandos militares ordenaran el cese de las hostilidades y
la evacuación del puerto; igualmente en Murmansk estaban a punto de amotinarse los soldados,
lo cual se evitó debido a que se dio la orden de la retirada de las tropas
estadounidenses y francesas. Por su parte las tropas de rusos blancos fueron
incapaces de ganar el apoyo de la población ni de mantener una base en ella por
lo que en 1920 fueron derrotadas y expulsadas del suelo soviético
definitivamente por el ejército rojo.
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