miércoles, 19 de septiembre de 2018

México 68. El Movimiento estudiantil y obrero. La unidad deseable.


México 68. El Movimiento estudiantil y obrero. La unidad deseable.
Román Munguía Huato

La lucha estudiantil de 1968 –iniciada en julio y finalizada prácticamente con la matanza del 2 de octubre– fue una lucha esencialmente por la democratización del país contra un Estado muy autoritario y represivo durante décadas a toda manifestación social que reivindicara libertades democráticas en los procesos electorales, en los sindicatos, en las propias universidades, organizaciones campesinas y populares. Esta masacre fue un crimen de Estado, al igual que la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. El corporativismo autoritario sindical implantado a partir de los primeros años posrevolucionarios forma parte de las estructuras del poder dominante burgués. Un ejemplo de tal corporativismo patronal es la vigencia del charrismo sindical controlado por el Estado; y la verdadera tragedia política es la ausencia del proletariado organizado de manera clasista e independiente en la vida nacional.

El Movimiento del 68 no nació espontáneamente, fue producto histórico de una larga cadena de luchas de resistencia e insurrecciones obreras, campesinas, populares, populares, de profesionistas como los médicos y estudiantiles, de huelgas e insurgencias sindicales democráticas. En 1958, por ejemplo, aconteció un gran movimiento sindical de los ferrocarrileros democráticos encabezado por Valentín Campa y Demetrio Vallejo, quienes, entre muchos, fueron encarcelados por el gobierno de Adolfo López Mateos. La represión fue brutal y tales dirigentes, en tanto presos políticos, eran objeto de las peticiones del Movimiento del 68. De las seis exigencias del Comité Nacional de Huelga de los estudiantes la primera era por la libertad de los presos políticos. El Movimiento nunca fue una insurrección revolucionaria pero si tenía alcances democráticos y libertarios muy profundos de ahí la respuesta criminal del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz con sus hordas militares y policiacas.

El 68 mexicano no estaba ajeno a las turbulencias políticas y bélicas del mundo entero: la Guerra de Vietnam, luchas de liberación nacional, la reciente Revolución cubana, la invasión a Checoslovaquia por el ejército de la burocracia estalinista de la URSS, etcétera. Una expresión anticapitalista en muchos países fue el alzamiento de movimientos estudiantiles. ElMayo Francés fue el más importante, pues este movimiento estudiantil logró tener el apoyo de casi diez millones de trabajadores que se fueron a huelga general y estuvieron a punto de tumbar al gobierno del presidente De Gaulle. El movimiento mexicano no pudo obtener un apoyo significativo de los trabajadores porque el charrismo sindical pudo mantener a raya las inconformidades y los anhelos democráticos de los trabajadores. Cierto es que en muchas manifestaciones de protesta estudiantiles y en el mismo 2 de octubre participaron pequeños grupos de ferrocarrileros, electricistas, pero de manera fragmentada.

José Revueltas, escritor, militante revolucionario y preso político por participar en esta lucha estudiantil, escribió en su libro México 68. Juventud y Revolución: “El Movimiento actúa aún bajo los efectos de la derrota que los ferrocarrileros sufrieron en 1958-1959. Sometida la clase obrera y el resto de los grupos sociales del país en los próximos 10 años, tocó principalmente a los estudiantes del país en 1968, encabezar los anhelos de democracia nacional que ningún otro grupo o clase social podía encabezar en esa coyuntura específica, de ahí que ‘la conciencia colectiva nacional […] se exprese, a través del movimiento del 68, con el lenguaje del proletariado, con el lenguaje de la clase obrera’… Los estudiantes hablan, circunstancialmente, el lenguaje de la clase obrera, pero no son la clase obrera, no pueden por lo tanto, sustituirla en el proceso final de la liberación revolucionaria”.

Una de las consecuencias directas de esta lucha heroica estudiantil fue la “insurgencia obrera” en la década de los 70. Surgieron diversos sindicatos democráticos y la Tendencia Democrática de los electricistas. Hoy más que nunca es necesario construir una alternativa sindical y una organización política clasista para que –como deseaba José Revueltas– el proletariado explotado y oprimido, unido con los estudiantes, tenga una cabeza consciente para la liberación revolucionaria ¡2 de Octubre no se olvida 
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