lunes, 18 de mayo de 2020

Amor y trabajo en tiempos de la pandemia neoliberal -

Amor y trabajo en tiempos de la pandemia neoliberal*

Mario Campuzano 

La historia de estas dos actividades humanas, amar y trabajar, estrechamente vinculadas sobre todo a partir del siglo xviii con el surgimiento del llamado amor romántico, revela algunos aspectos de la evolución de la naturaleza humana, las sociedades y su organización política y económica. Desde el punto de vista de la psicología social, este artículo revisa los principales ejes de ese trayecto hasta nuestra época.
En el verano de 1939, poco antes de que Freud muriera (septiembre de ese año), un periodista le preguntó sobre los criterios para considerar a una persona sana, madura e integrada a la sociedad. El fundador del psicoanálisis le dio una respuesta sorprendentemente breve y contundente: “Cualquier persona capaz de amar y trabajar.”
Amar es ya un concepto evolucionado, lo primario en la historia de la humanidad fue la mera descarga del impulso sexual en una pareja y la necesidad de la procreación para la conservación de la especie.
En la Edad Media, la etapa cristiano-feudal, es dominante el control de la Iglesia y la moral cristiana que regula al matrimonio como un mal necesario para apagar y controlar la lujuria de los seres humanos y su fin primordial es la procreación y el establecimiento de alianzas convenientes entre familias para conservar e incrementar sus bienes materiales. Ahora bien, en estas alianzas si no se solicitaba el sentimiento, si se requería la voluntad de aceptación de los participantes.
El surgimiento del amor romántico y de la pareja moderna ocurre en épocas relativamente recientes, en el siglo xviii, como consecuencia del cambio de organización social determinado por la conjunción de diversos elementos políticos, generados por la Revolución francesa y el consecuente cambio de gobierno de la monarquía absoluta a la instalación de repúblicas; de cambios de concepciones planteadas por los filósofos de la Ilustración, y los cambios derivados de la revolución industrial
y el surgimiento del capitalismo que requería que la sociedad fuera un conjunto de productores libres y, como consecuencia, un nuevo contrato social que requería de un nuevo personaje: el individuo, que generó los explosivos conceptos
de individualidad, subjetividad y libre albedrío.
Se generó así lo que Shorter (1975) ha denominado una Revolución sentimental con novedades como el amor romántico, la domesticidad, la privacidad y el predominio de lo emocional en las relaciones de pareja y con los hijos.
La pareja moderna sufre un deslizamiento de lo público a lo privado. La unión es determinada por los cónyuges mismos en función de lazos amorosos y sexuales. Y, consecuentemente, si el amor es lo que une a la pareja, ésta se disuelve cuando el amor desaparece. Es decir, la modernización de la vida familiar ha dado lugar a lazos más inestables y a la necesidad de la figura jurídica del divorcio.
Esto ha sido más claro en el paso al neoliberalismo y postmodernismo, donde las relaciones amorosas se han vuelto cada vez más leves, superficiales y poco comprometidas, con predominio de la sexualidad sobre la afectividad amorosa profunda y el compromiso estable con una pareja.
Si la sexualidad y el amor sufren un proceso de institucionalización y cambio en los procesos de evolución sociohistóricos, el concepto y organización del trabajo, como construcciones humanas, tienen influencias y cambios semejantes. Si la compulsión al trabajo es creada por el apremio exterior y la necesidad de la supervivencia en el conjunto social, sus condiciones de ejercicio se modifican, igualmente, por los cambios socio-históricos, de manera que el pasaje del capitalismo industrial centrado en la producción al actual dominio del capital financiero centrado en el
consumo produce una crisis del trabajo como valor que tiene un profundo impacto en la subjetividad y organización de vida de los sujetos contemporáneos.
El neoliberalismo instalado como doctrina económica global desde los años setenta y encubierto en sus objetivos y efectos por políticos y economistas oficiales, es llevado a debate público en 1996 por una escritora francesa, Viviane Forrester, que denuncia la realidad del trabajo asalariado como especie en extinción y sus consecuencias deletéreas y encubiertas sobre los individuos y la sociedad en general.
En la contraportada del libro, los editores hacen un resumen de su contenido:
“Vivimos en medio de una falacia descomunal, un mundo desaparecido que se pretende perpetuar mediante políticas artificiales. Un mundo en que nuestros conceptos de trabajo y por ende de desempleo carecen de contenido y en el cual millones de vidas son destruidas y sus destinos son aniquilados. Se sigue manteniendo la idea de una sociedad perimida, a fin de que pase inadvertida una nueva forma de civilización en la que sólo un sector ínfimo, unos pocos, tendrán alguna función. Se dice que la extinción del trabajo es apenas coyuntural, cuando en realidad, por primera vez en la historia, el conjunto de los seres humanos es cada vez menos necesario. Descubrimos –dice la autora– que hay algo peor que la explotación del hombre: la ausencia de explotación, que el conjunto de los seres humanos sea considerado superfluo y que cada uno de los que integra ese conjunto tiemble ante la perspectiva de no seguir siendo explotable.”
Esta revolución silenciosa (y silenciada) se produce por dos factores principales: la automatización de muchos procesos industriales, comerciales y de servicios, así como el traslado de las empresas a los lugares del mundo con menores costos de producción.
El impacto del desempleo sobre los individuos suele ser devastador, con serias afectaciones en
su valoración personal, es decir con manifestaciones d
e devaluación narcisista, así como sentimientos de vergüenza y culpa que les causan gran sufrimiento subjetivo y afectan su desempeño en la familia y la sociedad. La autora señala con toda claridad, desde esas fechas, la falsedad de una retórica engañosa según la cual las dificultades del presente son, solamente, los obstáculos
que deben superarse con vistas a un futuro mejor.
Futuro imposible, porque el sistema económico neoliberal concentra la riqueza en unas pocas personas y depaupera a grandes masas de la población. Además, el neoliberalismo no es sólo un modelo económico, sino pretende ser una racionalidad que interviene y afecta todos los órdenes de la vida, desde la educación hasta la cultura, pasando por los lugares de trabajo y el hogar, poniendo en peligro a la democracia para sujetarla al dominio del mercado en un proceso de economización de la vida que tiene como eje los principios de gobernanza y gestión.
En estas condiciones, es claro que la fórmula de salud mental de Freud fue producto de las condiciones socioeconómicas de su época y no opera ya en las actuales. Tendría que substituirse por alguna otra más actual y, de preferencia, más durable al paso de los tiempos.
Cristophe Dejours, psicoanalista y uno de los más importantes teóricos en la medicina del trabajo, considera que éste nunca es neutral, ya que es un elemento central en la construcción de nuestra identidad, por lo cual afecta a nuestra salud mental positiva o negativamente.
Dejours aborda el tema del trabajo desde una óptica novedosa: como una relación del trabajador consigo mismo, con los otros que se vincula y con el medio socio-cultural y económico amplio.
Afirma que, a través del trabajo, me pongo a prueba con el mundo y su resistencia a mi saber-hacer, a mis conocimientos, a mi experiencia. Trabajar es enfrentarse a la prueba del fracaso, donde tomo conocimiento de las resistencias
del exterior a mis esfuerzos al mismo tiempo
que de mis conocimientos, sensibilidad y habilidades para dominar ese entorno o de fracasar en el intento.
Esa experiencia está relacionada con aquellos con quienes trabajo y con aquellos para quien trabajo, lo cual define los correlatos vinculares y sociales del trabajo donde no sólo se busca un ingreso económico y una satisfacción del saber-hacer, sino una respuesta afectiva de reconocimiento que, en el management neoliberal se dirige al estímulo narcisista para la sobreexplotación de los trabajadores.
En su artículo “Psicodinámica del trabajo y vínculo social” concluye:

Mi conclusión será la siguiente: el trabajo ocupa un lugar central en la formación del vínculo social. Puede generar lo peor, y por el contrario, puede generar lo mejor. Actualmente produce prácticas perversas. En numerosas empresas se aprende a participar, en detrimento de otros, en actos que se reprueban. Aquí y allá se aprende a cometer injusticias y a desestructurar el vínculo social, las pertenencias y las solidaridades. Se aprende a socavar las bases del vivir en conjunto y de la buena vida en nombre de la competitividad, elevada sin vergüenza a la dignidad de “guerra santa”; la guerra económica. Pero no es en absoluto una fatalidad. El trabajo puede generar lo mejor. Es por el trabajo que yo puedo aportar una contribución a la evolución de la sociedad.
Es por el trabajo que puedo beneficiarme del reconocimiento y realizarme en el campo social. Es por el trabajo que puedo emanciparme. Es por el trabajo que las mujeres se emancipan de la dominación de los hombres.
Por lo tanto, no hay neutralidad del trabajo frente al vínculo social. Tal vez incluso es el mediador central, ya sea de la democracia, ya sea de la banalización de la injusticia social y de la desestructuración de la sociedad. En otros términos, me parece que si la psiquiatría tiene algo que decir del vínculo social, debe asumir la responsabilidad de analizar sistemáticamente la clínica de la relación subjetiva con el trabajo, para poder intervenir más racionalmente, no sólo en la praxis de la psiquiatría frente a los pacientes, sino también políticamente en el espacio público y los debates sobre el porvenir que queremos para el trabajo en nuestra sociedad, y también por lo que tiene de irreemplazable hasta el presente, en la formación de la identidad, en el acrecentamiento de la subjetividad, en la realización de sí, y además, como mediador posible de la salud mental.

Por supuesto, tanto el amor como el trabajo serán aspectos del vivir humano fundamentales de abordar en todo proceso psicoanalítico.
 * Publicado en el suplemento La Jornada semanal, del diario La Jornada, el 17 de mayo de 2020.  

sábado, 2 de mayo de 2020

La escuela intrusa. Manuel Gil Antón

La escuela intrusa

02/05/2020 01:34

Manuel Gil Antón

Un fantasma recorre el mundo. Busca y consigue entrar a las casas en nuestro país y en muchos otros: es el esperpento de La Tarea, así, con mayúsculas, pesada, larga, cansada e impertinente. Se cuela por rendijas en el adobe, a través de las ventanas o llega como instrucción en un teléfono ¿inteligente? o una computadora. Si se acomoda en la sala ya estuvo mal el asunto: tantas páginas para repetir una operación mecánica hasta que aburra, tantas otras de escribir banalidades y no pocas para leer áridos libros de texto como pretexto para no leer algo interesante. Videos con actores que emulan a maestras o maestros y resultan más falsos que un billete de siete pesos. Preguntas a responder para hinchar la carpeta de evidencias y llegar con ella, repleta, cuando volvamos a las escuelas. Si no, ¿cómo vamos a evaluar?

No es posible que la escuela esté en la casa. Es tan contradictorio, diría mi abuela, como ponerle a un Santo Cristo dos pistolas. Sí se puede aprender en la casa, desde luego, pero la condición para ello es barrer, sacar, expulsar de las casas el virus de las tareas. Las tareas atarean a quien tiene que hacerlas y por su inutilidad aterran. Atrapan. Si no fuese así, nadie las haría. En otros países les llaman “deberes” como deudas a saldar. En no pocos casos terminan haciendo las tareas los padres —No, corrijo: casi siempre las madres al mismo tiempo que cocinan, lavan ropa o planchan. Antes de salir a jugar tienes que hacer la tarea. ¿Y ahora que no se puede salir a jugar qué hacemos? Pues más tarea. Y ahí están, en una esquina de la mesa del comedor, atareados: la ociosidad es la madre de todos los vicios. Si la tarea se cuela, con ella llega una noción de escuela dominante: esa construcción que entretiene, guarda, cuida, dicta, encarga; y carga de trabajos adicionales para hacer en casa a quienes asisten a sus espacios, donde hay docentes que, por su oficio de guardianes, nos salvan de estar tanto tiempo con las criaturas para poder trabajar. Las maestras y los profesores creativos intentan hacer otras cosas, pero tienen, sin remedio, que enviar una captura de la pantalla en que están, cual estampitas, los rostros de sus aburridos pupilos. Y eso si hay computadoras. Cuando no, es preciso asegurar que la carpeta que dará cuenta del encierro creativo llegue llena cuando se retorne a las aulas. El objetivo es lograr evidencias que demuestren al director, al supervisor o vaya usted a saber a qué superior autoridad, que la escuela, el control y la “indocencia” siguen: ¿cuál es la muestra de todas las muestras? Las tareas. En mala hora hemos confundido al sistema educativo del país con el sistema escolar. De ello deriva que los signos de continuidad de la forma escuela sean predominantes: la clase cucha, la tarea abundante y el libro como muleta, sin el que no se puede andar. Educan los medios, las conversaciones, el aburrimiento, el miedo porque se llevaron al abuelo al hospital, dibujar, cantar o jugar canicas y saltar la cuerda, lavarse las manos bien y aprender a hacer arroz. Ocurren excepciones: hay docentes que tapan a la tarea con propuestas de actividades atractivas, pocas, bien pensadas, diversas y que, en su lógica apasionante, tal vez ocupen más horas de las que amontonan las tareas que atolondran. Estos días desnudaron la noción social mayoritaria de la escuela y la de sus funciones. Creo que la sociedad, y sobre todo el gremio, tenemos que repensar que la escuela es parte de la educación, pero la educación es mucho más amplia que la escuela atareada emitiendo tareas, acumulando deberes. Abuelo, hacemos lo mismo que en la escuela, no más que es peor: sin recreo y sin amigos. Deja de quejarte ya y ponte a hacer la tarea. 


Profesor del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México. mgil@colmex.mx / @ManuelGilAnton

jueves, 16 de abril de 2020

Un fracaso los cursos en línea


Un fracaso los         Un UN Un fracaso los cursos en línea



Israel Becerril
Los organismos internacionales salen en defensa de las erráticas políticas pedagógicas de las autoridades educativas del gobierno de la 4t tal y como lo hicieron en el caso de los gobiernos anteriores. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) hizo la siguiente declaración: “la experiencia de México en materia de educación a distancia, mediante la transmisión de contenidos educativos, tanto en televisión como en Internet [....]es de gran utilidad y puede ser compartida en el ámbito regional e internacional ante la situación actual de la enseñanza, debido a la pandemia de Covid-19”.*

La pregunta que tendríamos que hacer a los representantes de este organismo internacional es: ¿cómo llegaron a estas conclusiones? Los profesores y estudiantes y padres de familia tienen un punto de vista totalmente diferente. Parecería que la Unesco, obtuvo sus conclusiones solamente a partir de los datos, cifras, y números que la SEP está acostumbrada a dar. De ahí el error de la Unesco, pues como sabemos las autoridades, con el fin de quedar bien y aparentar que están haciendo un    trabajo perfecto están acostumbradas a maquillar los datos y a ver los procesos educativos desde una visión cuantitativa. Cuántos cursos tomaste, cuántas clases diste, cuántas tareas revisaste etc. Pero jamás se preocupan por la calidad de la educación. Si la Unesco verdaderamente quiere saber, como han sido atendidos los estudiantes en este periodo de contingencia   tendría que preguntarle a los profesores, quienes a pesar de las    dificultades que están enfrentando debido a las condiciones técnicas y materiales en las que se encuentran los estudiantes y los mismos profesores, están atendiendo a los estudiantes de la mejor manera posible; sin   embargo, los resultados no son   idóneos.

Veamos por qué:

En este periodo de contingencia las autoridades educativas no estaban preparadas, a pesar de que el covid-19 se empezó a presentar desde   diciembre y de que, en enero, ya se sabía que tarde que temprano el  covid-19, llegaría a México y de que igualmente como en China tendríamos que enfrentar la pandemia por medio de un prolongado asilamiento en casa y de que esto conllevaría el cierre de las escuelas. Más de dos meses de antelación y las autoridades no se prepararon ni organizaron ninguna actividad para dar una   salida académica a la contingencia.
Recordemos que Esteban Moctezuna anunció que a partir del 23 de marzo se suspenderían las clases y fue hasta el último día de labores, es decir, el viernes 20 de marzo en que los directivos llamaron a los profesores para dar la información y las indicaciones que a su vez ellos recibieron. Éstas fueron una serie de disposiciones improvisadas y de carácter autoritario. Ese día se indicó a los profesores que tendrían que dar clases y evaluar a sus estudiantes a distancia, utilizando los medios digitales. Además, a los profesores se les comunicó que tendrían que tomar cursos y ver algunas conferencias igualmente a través de los medios digitales.

Por ello, podemos afirmar que precipitadamente y sin ninguna organización ni preparación previa se dictó la orden a los profesores que deberían mandar a partir del lunes 23, la planeación y el mecanismo de evaluación de una serie de actividades que sus estudiantes tendrían que realizar en casa. Cabe señalar que la planeación solicitada eliminó todo proceso de creatividad del docente y se impuso una serie de absurdas cargas burocráticas basadas en formatos innecesarios y repetitivos; pero lo más delicado fue que se coaccionó a los profesores para que cumplieran con las indicaciones mencionadas e incluso a no pocos se les amenazó con aplicar sanciones administrativas. La coerción a los profesores llegó al grado de amenazarlos en el sentido de que si no ponían a disposición de sus estudiantes su número de teléfono celular se le aplicaría todo el rigor de la normatividad. Así es que los profesores se fueron a la cuarentena con una fuerte carga de estrés a la que se le sumaba el problema de la pandemia.

Ya en plena contingencia las autoridades seguían solicitando la entrega de documentos de un momento a otro y cuando se enfrentaban con la inconformidad de algún profesor alegaban que no teníamos nada que hacer, que nos encontrábamos en casa, por lo cual prácticamente teníamos que estar a disposición de las autoridades durante todo el día para cumplir con las ocurrencias de las mismas.
Por otro lado, los cursos dados a los profesores en la primera y segunda semana de la contingencia estuvieron tan mal organizados que, en el aspecto técnico, (del cual presumen las autoridades) hubo un sinnúmero de problemas; todo ello porque, no realizaron ninguna prueba piloto para ver el funcionamiento de la plataforma virtual, por ello miles de profesores estuvieron esperando de 15 a 20 minutos para que diera inicio cada una de las dichosas conferencias y cuando finalmente se iniciaba la misma, frecuentemente se interrumpía la señal o se mezclaban las voces de los técnicos con los del conferencista, haciendo que no se entendiera casi nada de lo que se estaba diciendo.

En el aspecto científico los problemas fueron mayores pues las conferencias y cursos parecían que eran dictados a estudiantes de secundaria o cuando mucho de preparatoria. Los ponentes no salían del lugar común o los supuestos conocimientos que presentaban eran para orientar las posturas de grupos económicos o políticos de las grandes corporaciones internacionales. La conceptualización era inexacta o no tomaba en cuenta la complejidad del problema tratado, por ejemplo, el problema ambiental lo reducían a la idílica conseja de que es suficiente con que decirles a los estudiantes que busquen las formas de reducir los desechos para acabar con la contaminación y de que traten de crear un producto que no contamine y que creen sus empresas para que se inserten en el mundo laboral; jamás trataron la diversidad de factores que interviene en el aspecto ambiental. Factores como los políticos, económicos o sociales se ignoraron. No se trataba de formar en el estudiante una visión crítica o que adquiera un pensamiento complejo. La idea dominante era que el estudiante se forme una visión empresarial.

Podemos decir sin temor a equivocarnos que las autoridades educativas vieron en la contingencia la oportunidad de obligar a los profesores a actualizarse en el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación, como pomposamente se denominan a las TICs. Lo anterior debido a que las autoridades están influenciadas por un determinismo tecnológico, pues piensan que la solución al problema educativo se encuentra en los medios tecnológicos (a los que yo llamo teonológicos, pues en efecto han hecho de las TICs un dios que todo lo puede), pues insisten una y otra vez en que el profesor no está actualizado y que tendría que actualizarse. Para las autoridades lo que importa es el medio no el mensaje. Como los profesores se dan cuenta que lo importante es el mensaje que se manda y debido que la mayoría de ellos tienen una formación humanista, también se dan cuenta de que no toda la población estudiantil tiene los medios tecnológicos a su alcance y de que el proceso de educación debe ser democrático, si se trabaja a través de los medios digitales, el mensaje se estará dirigiendo a un selecto grupo de estudiantes mientras son excluidos quienes no tiene los recursos.
A pesar de lo anterior la visión humanista y el compromiso profesional de la mayoría de los profesores hizo que éstos buscaran las maneras de dirigirse a sus estudiantes, pero el rezago educativo no se supera con voluntarismo. En efecto, los profesores hacen lo que pueden. Mencionemos, por ejemplo, los casos de los profesores de secundaria o de bachillerato que tienen hasta siete grupos y cada uno de ellos con una matrícula superior a los 50 estudiantes, por lo que existen profesores que tienen que atender a más de 350 estudiantes. Como vemos es prácticamente imposible revisar los trabajos de cada uno de los educandos y evaluarlos. Ante ello, algunos directivos han mencionado que hay plataformas en las cuales se manda a los estudiantes los cuestionarios o exámenes y el estudiante contesta en la plataforma y ésta nos da automáticamente la calificación de cada estudiante lo que a todas luces parece una maravilla. Sin embargo, el profesor comprometido sabe que el proceso educativo es integral, por lo que tiene que trabajar muchos aspectos que van más allá de la memoria.

Este tipo de trabajo incluso echa abajo los lineamientos de la llamada Nueva Escuela Mexicana (NEM)  que el gobierno de la 4T viene implementado desde inicio del ciclo escolar y que tiene como propósito forman un estudiante de manera integral, como una totalidad, con una personalidad en permanente cambio y constante desarrollo e imbuidos en un contexto interpersonal  (Secretaria de Educación Pública  Qué es la Nueva Escuela Mexicana).

Además, la NEM, establece que para que dé resultados este proyecto educativo tiene que revalorarse al profesor. Aspecto que ha estado ausente en este proceso de contingencia pues, nunca se tomaron en cuenta las opiniones ni los saberes del profesor para enfrentar de mejor manera la pandemia. En conclusión, este periodo de contingencia las autoridades han aprovechado para avanzar en sus modelos pedagógicos de flexibilización y precarización laboral del magisterio.

* De la redacción, “Reconoce la Unesco la experiencia de México en educación remota”, La Jornada, pag.12, lunes 13 de abril 2020

Unidad Socialista abril 2020, Año del covid19


martes, 24 de marzo de 2020

300 mil alumnos pobres no tienen tecnología o ni siquiera una casa para nuevas clases por internet en Nueva York


EL DIARIO
Desde 1913, El Campeón de los Hispanos

300 mil alumnos pobres no tienen tecnología o ni siquiera una casa para nuevas clases por internet en Nueva York

También habrá lecciones tradicionales en papel que se distribuirán en las escuelas para los necesitados
Por: Redacción | 21 de Marzo 2020
Alrededor de 300 mil estudiantes pobres de la ciudad quizá no tienen los dispositivos necesarios, como computadoras, tabletas o acceso a internet de alta velocidad, o ni siquiera un hogar, pues viven en refugios, reconoció el Canciller escolar de Nueva York, Richard Carranza.
Más de un millón de alumnos de escuelas públicas de NYC -la población escolar más grande de EEUU- comenzarán clases a distancia este lunes en medio de la crisis del coronavirus.
“Estamos entusiasmados por lanzarnos a esta nueva forma de aprendizaje”, dijo Carranza el viernes temprano a Pix11. “Estamos listos. Hemos tenido tres días de desarrollo profesional. Tenemos un conjunto completo de currículo, materiales y apoyo”, continuó el Canciller, para luego reconocer que 30% de los alumnos podrían no tener esa opción a la mano de inmediato.
El Departamento de Educación (DOE) actualmente está realizando una encuesta para obtener esa información de los directores de las escuelas, pero Carranza admitió que no hay una estimación clara de cuándo se completaría.
“La buena noticia es que las escuelas tienen tarjetas, computadoras portátiles y iPads. En realidad, están asignando su propio inventario a los estudiantes que tienen la mayor necesidad”, dijo.
“También estamos en camino de comprar 300 mil dispositivos. Los primeros 25 mil estarán aquí el lunes por la mañana”, aseguró Carranza. “Estamos priorizando a los estudiantes que están en la pobreza, los estudiantes que no tienen hogar”, señaló.
Cuando se le preguntó cuánto tiempo les tomaría a los estudiantes obtener esos dispositivos, Carranza admitió que simplemente no lo saben en este momento.
Sin embargo, aseguró que también habrá lecciones tradicionales en papel que se distribuirán en las escuelas para los necesitados.
“Los padres también podrán realizar actividades tipo lápiz y papel. Hay una serie de organizaciones comunitarias que también están abriendo sus puertas a estudiantes y familias”, dijo.
Y agregó que el DOE abrirá el lunes centros regionales de enriquecimiento que tendrán computadoras portátiles y dispositivos que los estudiantes pueden usar. Pero horas después, al mediodía el gobernador Andrew Cuomo decretó una cuarentena estricta que podría complicar esa opción.

domingo, 22 de marzo de 2020

El aislamiento social puede abrir la caja de Pandora: sicólogos

La Jornada

Política
Pandemia
El aislamiento social puede abrir la caja de Pandora: sicólogos
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de marzo de 2020, p. 8
Sicólogos sociales consideraron que ante las circunstancias generadas por el Covid-19, la población debe actuar con calma y con base en información fidedigna, de lo contrario se toman malas decisiones, y precisaron que, desafortunadamente, la mayoría actúa desde la ignorancia o desde lo que ven en las redes sociales, donde la mayor parte de la información no es corroborable.
Alertaron sobre las dificultades que se enfrentan con el aislamiento social. Esther González Ovilla, profesora de la Facultad de Sicología de la UNAM, indicó que para algunos será difícil convivir con toda la familia, porque cada uno tiene necesidades diferentes. Mientras para unos la vida sedentaria y solitaria es cómoda, para otros es complicado.
Para manejar el encierro recomendó considerar las necesidades de todos los integrantes de la familia. Es probable que uno quiera decidir qué deberían hacer los demás; sin embargo, es importante considerar desde el más pequeño hasta el mayor.
Jesús Uribe Prado, investigador de la Facultad de Sicología de la UNAM, advirtió que, en cuarentena, puede incrementarse la violencia familiar por el hacinamiento; en particular, en los estratos menos favorecidos, que habitan viviendas pequeñas, a diferencia de los de mayores recursos, que cuentan mayor espacio y más formas de entretenerse en el encierro. Además de que no experimentan la zozobra de perder estabilidad económica.
Y es que, no es lo mismo esperar a que te depositen tu sueldo a no poder salir a vender para tener el sustento diario. Añadió que frente a esta coyuntura, cada persona reaccionará de forma diferente, dependiendo de su nivel de salud mental. Una persona controlada, sin problemas sicosociales ni siquiátricos, probablemente lo tome con filosofía, pero otros, con menos estabilidad, pueden asumirlo de forma menos racional, con miedos infundados, ansiedad o problemas siquiátricos; es destapar la caja de Pandora.
Una de las reacciones inadecuadas, y que agudizan la problemática, es el acaparamiento de productos, señaló David Reyes Domínguez, investigador de la Facultad de Sicología de la UNAM, quien dijo que cuando la gente siente incertidumbre sobre el futuro trata de asegurarse para estar bien dentro de lo que cabe, y eso es uno de los detonantes de las compras de pánico, por ejemplo, para proveerse de alimentos.
Influye el hecho de que se empiezan a copiar conductas; si se ve a otros llevando mercancías en exceso, de inmediato se piensa que habrá desabasto; entonces, uno también debe proveerse y, entonces, sí se genera escasez.
Si la gente no se informa en fuentes adecuadas se genera ansiedad social, que lleva a conductas compulsivas. Aflora el egoísmo, pues al comprar en exceso, se resta posibilidad de abastecimiento a personas sin capacidad económica para acaparar productos.

viernes, 20 de marzo de 2020

Coronavirus y aislamiento social

La Jornada
Editorial
Coronavirus y aislamiento social
Como se ha documentado profusamente en las semanas recientes, el Covid-19 y las medidas adoptadas para frenar su propagación tienen un impacto innegable a nivel macroeconómico, algunos de cuyos efectos permanecerán tiempo después de que la pandemia haya remitido. A este respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó el miércoles que el país cuenta con las reservas y los fundamentos económicos para resistir el impacto de la crisis.
Sin embargo, como también señaló el mandatario, a nivel microeconómico las personas de a pie viven en muchos casos al día y no disponen de los recursos necesarios para renunciar a las actividades con las que obtienen su sustento durante las semanas o meses que haya de durar esta coyuntura. Por ello, es necesario apelar a que los ciudadanos, sin descuidar las precauciones elementales, sigan consumiendo en los pequeños comercios que permanezcan abiertos, los cuales además están libres de las aglomeraciones características de los grandes centros comerciales.
Más allá de lo económico, el aislamiento al que ya se enfrentan muchos ciudadanos (y al que habrán de sumarse más conforme se avance en las fases de respuesta ante la emergencia) plantea un desafío inédito en materia de convivencia y salud mental. Entre las principales afectaciones que pueden padecer las personas al verse recluidas en sus hogares durante periodos prolongados se encuentran: cansancio, fatiga, aumento de peso, cambios en el ciclo de sueño, aburrimiento, hastío, desánimo, cambios emocionales, irritabilidad, así como preocupación que puede llevar a un estado de pánico y a obsesionarse con la búsqueda de síntomas de la enfermedad. Para quienes comparten su hogar con otras personas, lo anterior puede derivar en una disminución de los niveles de tolerancia y un consiguiente incremento en los conflictos interpersonales, hasta el punto de generar eventos de violencia. Por último, el abatimiento ante la situación puede llevar a percibirla como una injusticia cometida contra nosotros, generando un impulso a transgredir las recomendaciones de las autoridades de salud.
A fin de reducir al mínimo posible el malestar emocional durante estas jornadas de aislamiento resulta pertinente atender a las recomendaciones emitidas por Lorena Rodríguez Bores, secretaria técnica del Consejo Nacional de Salud Mental: recordar que se trata de una situación temporal que habrá de superarse en el corto plazo; reconocer que mantenernos en casa es un bien para nosotros, así como una contribución que realizamos para el bienestar de nuestros seres queridos y del resto de nuestros conciudadanos, mantener una rutina que genere sensaciones de normalidad y control, incluida la regularidad de los horarios de comida y sueño; recordar a los niños que no se trata de una situación vacacional, durante la cual subsisten lo deberes escolares, y aprovechar el momento para reforzar los lazos familiares. También redundará en nuestro beneficio mantenernos informados acerca de la evolución de la pandemia y del eventual relajamiento de las medidas de distancia social sin caer en actitudes obsesivas y angustiantes.
En conclusión, la posibilidad de que el aislamiento dé paso a un incremento de las conductas hostiles hace necesario permanecer alertas para evitar o denunciar cualquier forma de violencia, así como tener claro que la peor respuesta posible ante una crisis es la opción del sálvese quien pueda, ya que la solidaridad con quienes nos rodean será siempre la mayor fuente de fortaleza y el principal factor de éxito para salir airosos de las coyunturas adversas.

miércoles, 18 de marzo de 2020

Ver día anteriorMiércoles 18 de marzo de 2020
Política
Foto
▲ La crisis se anunciaba antes del coronavirus, fue el título del último artículo de Alejandro Nadal.Foto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Miércoles 18 de marzo de 2020, p. 15




Alejandro Nadal Egea, profesor-investigador del Centro de Estudios Económicos (CEE) de El Colegio de México, abogado, economista y articulista de La Jornada desde hace más de dos décadas, falleció ayer, informó la institución educativa.
Estudió derecho en México y el doctorado en economía en la Universidad de París X Nanterre. También fue coordinador del Programa sobre Ciencia, Tecnología y Desarrollo y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel III.
En años recientes, ya jubilado como profesor de El Colegio de México, encabezó el grupo de trabajo sobre economía y medio ambiente de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, con un enfoque en la prohibición del comercio internacional de marfil y su relación con la pérdida de biodiversidad, un tema que abordó en varias ocasiones en La Jornada. (https://bit.ly/2WqGFgf y https://bit.ly/2Wo8S7A)
Cuando conocí a Alejandro Nadal, en la primera parte de la década de los 70, trabajaba como abogado (estudió licenciatura en leyes) que se estaba especializando en los temas de patentes y marcas y de transferencia de tecnología y formaba parte de un proyecto de investigación en estos temas. Compartimos nuestra participación en un grupo que sesionaba periódicamente en el Conacyt y que, poco después, se constituyó como el grupo de Instrumentos de Política Científica y Tecnológica que redactó el Capítulo X (y último) del Plan Nacional Indicativo de Ciencia y Tecnología, denominado Instrumentos de Política Tecnológica, recordó ayer Julio Boltvinik, también miembro de El Colegio de México y articulista de La Jornada.
Alejandro Nadal, buen conversador, entusiasta, practicante del deporte, escribió su último artículo para este diario la semana pasada, ya desde la cama de un hospital, el cual tituló La crisis se anunciaba antes del coronavirus (https://bit.ly/38Y3UAU).
Varios analistas predicen caídas de 2 y hasta 3 por ciento en el PIB mundial si la recesión se declara y se extiende más tiempo. Pero que nadie se deje engañar en este contexto. Los temblores que se vienen pronosticando están presentes desde hace meses y los remedios que supuestamente estaban diseñados para aplacar el dolor los han intensificado, escribió.
Después de participar en la redacción del Plan Nacional Indicativo de Ciencia y Tecnología, Alejandro estudió economía en París. De allá regresó con el doctorado y con habilidades matemáticas que, recuerda Boltvinik, no me imaginaba tuviera. Nunca abandonó su interés por la tecnología. Sabía mucho de tecnologías para la guerra, de medio ambiente y de diversidad ecológica.
Su área más notable como economista teórico fueron las teorías del equilibrio general, a las que criticó severamente, demostrando que eran matemáticamente inconsistentes y que, por tanto, el neoliberalismo carecía de base científica, dijo Boltvinik. En 2019, a invitación del propio Boltvinik, escribió y publicó en El Trimestre Económico #343, el artículo Crítica de la teoría económica neoclásica, en el que concluye:
La realidad es que la política macroeconómica que se ha aplicado bajo el neoliberalismo ha sido justificada en términos de desarrollos teóricos que no han sido objeto de un debate más cuidadoso y, por lo tanto, tampoco fueron cuestionados con la fuerza que merecen. El debate teórico es hoy más urgente que nunca. Pensar en opciones alternativas al neoliberalismo pasa por contar con enfoques teóricos rigurosos que permitan dejar atrás los malos resultados de la teoría neoclásica